El deseo de alterar el peso para reducir grasa, verse mejor, sentirse mejor o evitar problemas de salud ha llevado a que muchas personas se entreguen por completo a cierto tipo de dieta o estilo de alimentación en búsqueda de la panacea, la eterna promesa de obtener una solución rápida y efectiva. El problema de este método tan instalado como discutido es que muchas veces las dietas masivas -que aseguran que una cierta cantidad de reglas y restricciones pueden lograr en determinada cantidad de tiempo el cuerpo soñado- terminan en la nada y hasta pueden generar complicaciones de salud.
La obsesión por el cuerpo perfecto, sobre todo en las últimas décadas, ha dado origen a cientos de planes de alimentación exóticos y novedosos que, al no estar preparados específicamente para una persona, son deficientes en algunos nutrientes y hasta dañinos. Diferentes especialistas aseguran que uno de los problemas más conocidos de las dietas de "resultados inmediatos" es que no crean hábitos y se basan en prohibir grupos enteros de alimentos, provocando un peligroso efecto rebote que devuelve el cuerpo al peso anterior o mayor.
Los resultados de una investigación reciente, publicados en la revista científica Obesity, sugieren que el cuerpo naturalmente se resiste a la pérdida de peso. Al hacer dieta, se reduce la tasa metabólica en reposo, es decir, de uso de energía, lo que reduce el número de calorías quemadas cuando no se realiza una actividad. Los autores de la investigación advierten que mantener el peso perdido se basa en "combatir la adaptación metabólica".
¿De qué se trata esta función? La adaptación metabólica es una suerte de sistema de defensa del cuerpo que se activa cuando se lo priva de la energía necesaria para funcionar a diario. Es así que el organismo reacciona supliendo la falta de energía con la destrucción de proteínas corporales, provocando una gran pérdida de masa muscular y no de grasa como se cree.
El estudio que ahondó en esta reacción siguió a 14 integrantes de la versión estadounidense del programa de televisión The Biggest Loser, que se centra en premiar al participante que pierda la mayor cantidad de peso. Los investigadores descubrieron que, después de seis años, todos menos uno de los concursantes habían recuperado mucho peso. En promedio, todos pesaron 131.5 kilogramos, en comparación con el peso inicial promedio de 149 kilogramos y los 91 kilogramos con que finalizaron el show.
Seis años es mucho tiempo y el peso que habían perdido no era insignificante pero el estudio pudo demostrar que, antes de la competición, el grupo quemaba una media diaria de 2600 calorías estando en reposo y que esto se redujo a alrededor de 2000 calorías al día cuando terminaron. Seis años más tarde, en lugar de volver a su nivel normal, la quema de calorías en reposo se había reducido a 1900 calorías diarios.
En promedio, su tasa metabólica en reposo fue de 500 calorías al día, menos de lo que deberían quemar según su edad y composición corporal. Por lo tanto, ante esta situación, los concursantes tenían que comer menos para permanecer en su peso. Aunque los investigadores ya sabían que la dieta reduce la tasa metabólica en reposo para ahorrar energía, este estudio demostró cómo el cuerpo trastorna salvajemente la pérdida de peso.
Seguir las dietas de moda es uno de los grandes errores (Shutterstock)
Sin embargo, no debe perderse de vista que la pérdida de peso está influenciada por factores tales como la genética y hormonas, algunos estudios muestran que muchas personas se ven menos afectadas que otras. El informe sobre los participantes de The Biggest Loser cita también otro estudio que muestra que las personas obesas que se someten a cirugías para perder peso parecen escapar esta adaptación metabólica. De alguna manera, el cuerpo se reajusta a un nuevo peso normal y la tasa metabólica en reposo no cae, aunque esta alternativa puede ser peligrosa. Para el resto, estar atentos a lo que se come y a la construcción de masa muscular (que se pierde con la edad) a través del ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza son las únicas maneras de luchar la temible adaptación metabólica.
Este proceso es el culpable del fracaso de la mayoría de las dietas de moda de los últimos años, también conocidas como "dietas milagro", una serie de métodos y programas alimenticios que han prometido resultados espectaculares y muchas veces defraudaron a sus seguidores.
En unos días publicare 5 tipos de dietas comunes para que las identifiques.
Fuente Infobae.com.ar
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