Todos los años aparecen dietas nuevas, pero no todas son recomendables. La idea del sitio es recomendarte Dietas extremas, para que tomes la posta de hacerlas o no. También tratamos todos los temas para bajar de peso, de las maneras menos pensadas. ¿Te animas?
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Dietas hipocalóricas
Las dietas restrictivas en cuanto a la cantidad de calorías permitidas son las precursoras de los famosos aliemtos "light" y "bajos en calorías". El negocio detrás de esta industria se basa en la falsa creencia de que el conteo de calorías determina el aumento de peso. Sin embargo, en la actualidad existe una gran cantidad de evidencia científica que prueba no existe ninguna correlación entre la obesidad y el aporte calórico alimenticio.
Estos métodos alimenticios son por lo tanto ineficientes e incluso peligrosas porque son las principales desencadenantes de la adaptación metabólica: en un intento del cuerpo de sobrevivir, se consumen las reservas de energía y cuando se abandona la dieta y se come normalmente, el organismo se encuentra con un exceso de energía que necesita almacenar provocando en muchos casos un aumento mayor al que existía antes de la dieta.
Fuente Infobae.com.ar
lunes, 19 de septiembre de 2016
Dietas de un sólo alimento
La ciencia ha comprobado que nada bueno puede salir de un plan de alimentación que se basa en la ingesta de un único alimento o producto, como pueden ser las pastillas o suplementos. Generalmente, aunque se pierda peso, el resultado lleva a una nutrición deficiente o desequilibrada. Este el caso de las dietas del jugo de pomelo o de la sopa, muy famosas en los últimos años como formas de perder peso rápida.
La dieta de la sopa, por ejemplo, es una dieta muy sacrificada que consiste en elaborar un caldo a base de diferentes verduras y consumirlo en todo momento del día casi sin ingerir harinas y muy poca carne, únicamente magra. Los resultados de esta monótona alimentación eran casi inmediatos por lo que se convirtió rápidamente en un furor para los valientes que se animaban a probarla y que podían sostenerla.
El problema de una dieta así es evidente: no cuenta con contenido calórico y, si bien lo más probable es que se adelgace estrepitosamente en un primer momento, es casi inevitable que aparezca acompañado de una serie de desequilibrios orgánicos, como la anemia.
Fuente Infobae.com.ar
viernes, 16 de septiembre de 2016
La dieta Dukan
La dieta Dukan es un polémico plan alimenticio creado por el nutricionista francés Pierre Dukan, cuyo libro es best-seller con más de 10 millones de copias a nivel mundial. Su mayor momento de popularidad se dio a inicios de la década del 2000 y atrajo tantos fanáticos como detractores.
Es una dieta que consta de cuatro fases, muy restrictiva, hiperproteíca y baja en calorías, que disminuye el peso muy rápidamente pero aumenta el riesgo metabólico causando déficit vitamínico, gran producción de toxinas y un asegurado efecto rebote. Muchos expertos la consideran la dieta símbolo de la peligrosa adaptación metabólica.
La tapa del polémico método alimenticio Dukan, best-seller en Francia
Aunque ha sido ampliamente promocionada por celebridades como Kate Middleton o Penélope Cruz, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas la considera "fraudulenta, peligrosa e ilegal" y que supone un riesgo para la salud pública. Incluso a inicios de 2014, su creador fue removido del colegio de médicos francés aunque dos años antes el ya se había distanciado por estar en desacuerdo con sus colegas.
Fuente Infobae.com.ar
miércoles, 14 de septiembre de 2016
La dieta del grupo sanguíneo
Esta es una famosa dieta ya desacreditada que afirmaba que las necesidades nutricionales de cada individuo pueden ser determinadas por su tipo de sangre. Según el doctor Peter D'Adamo, creador de este plan que fue best-seller, el tipo de plasma explica por qué algunas personas pierden peso, y otras no, siguiendo exactamente la misma dieta.
La teoría indica que al parecer a los del tipo "O" les funciona la proteína animal y les recomienda hacer ejercicio intenso, a las personas que son del "A" les recomienda una dieta fresca, orgánica y vegetariana, los del "B" pueden ingerir una gran cantidad de alimentos pero deben practicar mucho deporte. Sin embargo, una serie de investigaciones científicas en 2013 descubrieron que no hay evidencia que sustente esta teoría y que por lo tanto no es seguro intentarlo.
Fuente Infobae.com.ar
lunes, 12 de septiembre de 2016
La dieta Atkins
El plan dietario creado por el cardiólogo estadounidense Robert Coleman Atkins, fue una de las dietas más revolucionarias y extrañas, porque consiste básicamente en alimentarse de proteínas de los huevos, carnes rojas, manteca o embutidos, eliminando carbohidratos, almidón y azúcares de harinas, frutas y verduras. Suena fácil porque no restringe la ingesta de carnes y grasas más consumidas por el común de la gente y, en principio, mostró resultados espectaculares. Una de sus seguidores actuales es la mayor de las hermanas Kardashian, Kim. Sin embargo, el método fue ampliamente cuestionado.
Lo que sucede es que en un principio al cuerpo le llegan muy pocos hidratos de carbono a través de la dieta y empieza utilizar sus reservas internas de carbohidratos. Esta reserva es el glucógeno que, como funciona en unión con el agua, la elimina al consumirse. Esto produce una pérdida drástica de peso por la salida del agua y no de la grasa. Además, cuando se agotan las reservas internas de carbohidratos, el cuerpo empieza a consumir el tejido muscular.
La dieta Atkins fue un furor, pero está desacreditada (Shutterstock)
Cuando el organismo utiliza grasa en lugar de carbohidratos para funcionar se empieza a producir internamente una sustancia llamada cetona que, si se acumula, puede producir náuseas, fatiga e inhibición del apetito. A largo plazo, el seguimiento de esta dieta puede dar un aspecto de pérdida de peso que en realidad devela una gran deficiencia muscular y de nutrientes.
Fuente Infobae.com.ar
jueves, 8 de septiembre de 2016
Por que cuesta mantener el peso después de la dieta
El deseo de alterar el peso para reducir grasa, verse mejor, sentirse mejor o evitar problemas de salud ha llevado a que muchas personas se entreguen por completo a cierto tipo de dieta o estilo de alimentación en búsqueda de la panacea, la eterna promesa de obtener una solución rápida y efectiva. El problema de este método tan instalado como discutido es que muchas veces las dietas masivas -que aseguran que una cierta cantidad de reglas y restricciones pueden lograr en determinada cantidad de tiempo el cuerpo soñado- terminan en la nada y hasta pueden generar complicaciones de salud.
La obsesión por el cuerpo perfecto, sobre todo en las últimas décadas, ha dado origen a cientos de planes de alimentación exóticos y novedosos que, al no estar preparados específicamente para una persona, son deficientes en algunos nutrientes y hasta dañinos. Diferentes especialistas aseguran que uno de los problemas más conocidos de las dietas de "resultados inmediatos" es que no crean hábitos y se basan en prohibir grupos enteros de alimentos, provocando un peligroso efecto rebote que devuelve el cuerpo al peso anterior o mayor.
Los resultados de una investigación reciente, publicados en la revista científica Obesity, sugieren que el cuerpo naturalmente se resiste a la pérdida de peso. Al hacer dieta, se reduce la tasa metabólica en reposo, es decir, de uso de energía, lo que reduce el número de calorías quemadas cuando no se realiza una actividad. Los autores de la investigación advierten que mantener el peso perdido se basa en "combatir la adaptación metabólica".
¿De qué se trata esta función? La adaptación metabólica es una suerte de sistema de defensa del cuerpo que se activa cuando se lo priva de la energía necesaria para funcionar a diario. Es así que el organismo reacciona supliendo la falta de energía con la destrucción de proteínas corporales, provocando una gran pérdida de masa muscular y no de grasa como se cree.
El estudio que ahondó en esta reacción siguió a 14 integrantes de la versión estadounidense del programa de televisión The Biggest Loser, que se centra en premiar al participante que pierda la mayor cantidad de peso. Los investigadores descubrieron que, después de seis años, todos menos uno de los concursantes habían recuperado mucho peso. En promedio, todos pesaron 131.5 kilogramos, en comparación con el peso inicial promedio de 149 kilogramos y los 91 kilogramos con que finalizaron el show.
Seis años es mucho tiempo y el peso que habían perdido no era insignificante pero el estudio pudo demostrar que, antes de la competición, el grupo quemaba una media diaria de 2600 calorías estando en reposo y que esto se redujo a alrededor de 2000 calorías al día cuando terminaron. Seis años más tarde, en lugar de volver a su nivel normal, la quema de calorías en reposo se había reducido a 1900 calorías diarios.
En promedio, su tasa metabólica en reposo fue de 500 calorías al día, menos de lo que deberían quemar según su edad y composición corporal. Por lo tanto, ante esta situación, los concursantes tenían que comer menos para permanecer en su peso. Aunque los investigadores ya sabían que la dieta reduce la tasa metabólica en reposo para ahorrar energía, este estudio demostró cómo el cuerpo trastorna salvajemente la pérdida de peso.
Seguir las dietas de moda es uno de los grandes errores (Shutterstock)
Sin embargo, no debe perderse de vista que la pérdida de peso está influenciada por factores tales como la genética y hormonas, algunos estudios muestran que muchas personas se ven menos afectadas que otras. El informe sobre los participantes de The Biggest Loser cita también otro estudio que muestra que las personas obesas que se someten a cirugías para perder peso parecen escapar esta adaptación metabólica. De alguna manera, el cuerpo se reajusta a un nuevo peso normal y la tasa metabólica en reposo no cae, aunque esta alternativa puede ser peligrosa. Para el resto, estar atentos a lo que se come y a la construcción de masa muscular (que se pierde con la edad) a través del ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza son las únicas maneras de luchar la temible adaptación metabólica.
Este proceso es el culpable del fracaso de la mayoría de las dietas de moda de los últimos años, también conocidas como "dietas milagro", una serie de métodos y programas alimenticios que han prometido resultados espectaculares y muchas veces defraudaron a sus seguidores.
En unos días publicare 5 tipos de dietas comunes para que las identifiques.
Fuente Infobae.com.ar
La obsesión por el cuerpo perfecto, sobre todo en las últimas décadas, ha dado origen a cientos de planes de alimentación exóticos y novedosos que, al no estar preparados específicamente para una persona, son deficientes en algunos nutrientes y hasta dañinos. Diferentes especialistas aseguran que uno de los problemas más conocidos de las dietas de "resultados inmediatos" es que no crean hábitos y se basan en prohibir grupos enteros de alimentos, provocando un peligroso efecto rebote que devuelve el cuerpo al peso anterior o mayor.
Los resultados de una investigación reciente, publicados en la revista científica Obesity, sugieren que el cuerpo naturalmente se resiste a la pérdida de peso. Al hacer dieta, se reduce la tasa metabólica en reposo, es decir, de uso de energía, lo que reduce el número de calorías quemadas cuando no se realiza una actividad. Los autores de la investigación advierten que mantener el peso perdido se basa en "combatir la adaptación metabólica".
¿De qué se trata esta función? La adaptación metabólica es una suerte de sistema de defensa del cuerpo que se activa cuando se lo priva de la energía necesaria para funcionar a diario. Es así que el organismo reacciona supliendo la falta de energía con la destrucción de proteínas corporales, provocando una gran pérdida de masa muscular y no de grasa como se cree.
El estudio que ahondó en esta reacción siguió a 14 integrantes de la versión estadounidense del programa de televisión The Biggest Loser, que se centra en premiar al participante que pierda la mayor cantidad de peso. Los investigadores descubrieron que, después de seis años, todos menos uno de los concursantes habían recuperado mucho peso. En promedio, todos pesaron 131.5 kilogramos, en comparación con el peso inicial promedio de 149 kilogramos y los 91 kilogramos con que finalizaron el show.
Seis años es mucho tiempo y el peso que habían perdido no era insignificante pero el estudio pudo demostrar que, antes de la competición, el grupo quemaba una media diaria de 2600 calorías estando en reposo y que esto se redujo a alrededor de 2000 calorías al día cuando terminaron. Seis años más tarde, en lugar de volver a su nivel normal, la quema de calorías en reposo se había reducido a 1900 calorías diarios.
En promedio, su tasa metabólica en reposo fue de 500 calorías al día, menos de lo que deberían quemar según su edad y composición corporal. Por lo tanto, ante esta situación, los concursantes tenían que comer menos para permanecer en su peso. Aunque los investigadores ya sabían que la dieta reduce la tasa metabólica en reposo para ahorrar energía, este estudio demostró cómo el cuerpo trastorna salvajemente la pérdida de peso.
Seguir las dietas de moda es uno de los grandes errores (Shutterstock)
Sin embargo, no debe perderse de vista que la pérdida de peso está influenciada por factores tales como la genética y hormonas, algunos estudios muestran que muchas personas se ven menos afectadas que otras. El informe sobre los participantes de The Biggest Loser cita también otro estudio que muestra que las personas obesas que se someten a cirugías para perder peso parecen escapar esta adaptación metabólica. De alguna manera, el cuerpo se reajusta a un nuevo peso normal y la tasa metabólica en reposo no cae, aunque esta alternativa puede ser peligrosa. Para el resto, estar atentos a lo que se come y a la construcción de masa muscular (que se pierde con la edad) a través del ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza son las únicas maneras de luchar la temible adaptación metabólica.
Este proceso es el culpable del fracaso de la mayoría de las dietas de moda de los últimos años, también conocidas como "dietas milagro", una serie de métodos y programas alimenticios que han prometido resultados espectaculares y muchas veces defraudaron a sus seguidores.
En unos días publicare 5 tipos de dietas comunes para que las identifiques.
Fuente Infobae.com.ar
lunes, 5 de septiembre de 2016
El mal humor y las dietas
"La hormona del hambre determina la actividad del área tegmental ventral, que es la región del cerebro que regula la alegría, la sensación de bienestar y otras emociones".
Según Ramón de Cangas, dietista y nutricionista, el hambre nos asalta habitualmente cuando sometemos a nuestro organismo a dietas desequilibradas y/o hipocalóricas. La sensación de vacío en el estómago nos avisa de una necesidad primaria y activa inmediatamente los mecanismos de alerta, desencadenando si es preciso la ira, el enfado y el mal humor.
"Solo una dieta personalizada y elaborada por un profesional puede ayudarnos a minimizar esa sensación de hambre que tanto perjudica a nuestro estado de ánimo y a nuestro rendimiento físico e intelectual", indica De Cangas. Por el contrario, de un plan de adelgazamiento sin control y poco profesional solo podemos esperar los siguientes efectos:
- Un estado continuo de ansiedad. Ocurre a menudo con las dietas milagro.
- Peor rendimiento físico e intelectual. Por ejemplo, varios estudios relacionan la ausencia de desayuno o un desayuno deficiente con efectos nocivos sobre nuestro rendimiento cognitivo. Por eso, tan importante es la ingesta total de kilocalorías como el reparto de macronutrientes a lo largo del día en las diferentes comidas.
- Un estado de ánimo alterado y más vulnerable ante cualquier contratiempo cotidiano.
- Menor capacidad de autocontrol y tendencia a tomar decisiones de una forma impulsiva, sin sopesar las consecuencias.
- El hambre que provoca un menú deficitario en nutrientes y excesivamente hipocalórico podría jugarnos una mala pasada en nuestro entorno familiar, social o laboral. A menudo la sensación de estómago vacío desencadena infracciones ante el volante o actitudes que nos impiden prosperar.
- En edad avanzada, el deterioro cognitivo es mayor si el individuo sigue una alimentación rica en hidratos de carbono con elevado índice glucémico (bollería industrial, chocolate o platos preparados). Sin embargo, si los alimentos que consume durante las comidas son fuente de hidratos de carbono con menor índice glucémico (fruta, sobre todo), disfrutan de un mayor rendimiento cognitivo que se observa ya en la sobremesa.
- También la hipoglucemia que desencadenan este tipo de dietas producen trastornos en el comportamiento. Como dato curioso, las personas que presentan niveles bajos de azúcar en sangre muestran más comportamientos agresivos contra su cónyuge, según descubrieron científicos de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU) en una investigación que publicó la revista Agressive Behavior.
- A largo plazo, las dietas restrictivas generan estados carenciales, problemas renales y hepáticos, y otras muchas enfermedades.
- Favorecen, además, el indeseado efecto rebote. Los kilos reaparecen, perpetuando con ello la obesidad, las ganas de adelgazar y el mal humor.
- Esta insatisfacción aumenta la vulnerabilidad emocional. Una persona que vive a dieta casi de forma perpetua fluctúa más, se muestra insegura y vive en el victimismo.
Como indica De Cangas, los planes de adelgazamiento son estupendos si están personalizados, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, y seguidos de cerca por un profesional que vigilará que no haya ningún riesgo para la salud.
Fuente: Edmundo.es
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